Sobre la reserva de suelo para el Memorial Los Merinales

rencontre homme riche celibataire MerinalesLo decí­a Vicení§ Navarro en un reciente artí­culo de prensa. Es un error argumentar que «los dos bandos» cometieron atrocidades de la Guerra Civil. Es un error, lo diga quien lo diga, poner en la misma balanza a aquellos que lucharon por la democracia y a los que se opusieron a ella. Es un error poner a los curas y monjas asesinados por los republicanos en la misma categorí­a que los alcaldes, sindicalistas y miembros de las asociaciones republicanas, porque se ignora lo que cada uno representaba. Las monjas y los curas eran parte de una institución beligerante, la Iglesia, que habí­a llamado al ejército a que se alzara en contra de un Gobierno elegido democráticamente por el pueblo español.

http://comvicente.pt/?borw=namoro-conceito Es comprensible que las clases populares odiaran a la Iglesia (y la Iglesia deberí­a reflexionar sobre por qué era tan odiada) y es comprensible, aunque no justificable, que unos extremistas quemaran iglesias y asesinaran a curas. Estos hechos deben denunciarse, pero tales desmanes no fueron polí­ticas de Estado, como sí­ que lo fueron los asesinatos sistemáticos de los demócratas republicanos por parte de la dictadura.

No sólo el número de muertos, mucho mayor en el lado democrático que en el fascista, sino la naturaleza de los muertos (no todos los muertos son iguales), distinguen a las fuerzas democráticas de los golpistas.

Levantar un Memorial en Los Merinales no es un acto para igualar la balanza, ni un acto de revancha, sino de justicia. Se trata de recordar a los olvidados, de enterrar dignamente a los asesinados, y de dejar claro que nuestra democracia de hoy no es heredera de la dictadura -para algunos polí­ticos lo fue, y también para sus descendientes- sino de la democracia proclamada en 1931 y arrebatada en 1936.

Lo he dicho en otras ocasiones: no soy nadie, ni tengo autoridad ética alguna, para reprochar a mis mayores la Transición inmodélica que hicieron en nuestro paí­s tras la muerte de Franco. Pero eso no es óbice para pensar que esa transición no habrá terminado hasta que se haga justicia histórica con quienes aún no han tenido una muerte digna.

Además de esto, el sentido de esta moción tiene otro elemento, que explicó muy bien el escritor y articulista Isaac Rosa en el diario Público el pasado 12 de julio: «Se entiende que hoy las prioridades son las que son. Pero si, aparte de otras pérdidas, salimos de la crisis con menos memoria, mal vamos. Porque además, los familiares de las ví­ctimas ya han comprobado que tampoco en tiempo de bonanza atendieron sus reivindicaciones. ¿Por qué ahora deberí­an esperar al regreso de las vacas gordas?».

Ya es casi imposible, como escribió íngel del Rí­o, que la primera piedra del Memorial la ponga un ex preso, pero al menos estamos poniendo, con la reserva de suelo en Los Merinales, otra primera piedra para que ese Memorial sea una realidad, estamos quitando otra piedra del olvido y estamos contribuyendo a recuperar todos los nombres que se borraron de lo mejor de nuestra historia durante demasiado tiempo.

Manolo Lay