Municipales 2011: Intervención de Manolo Lay en el acto de presentación de la candidatura

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Karlskrona Desde la Asamblea Local de Izquierda Unida queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a los ciudadanos y ciudadanas de Dos Hermanas que llenaron el Teatro Vistazul el pasado 12 de marzo, así­ como a aquellas personas que nos acompañaron de otros pueblos de la provincia.

Intervención í­ntegra de nuestro candidato a la Alcaldí­a de Dos Hermanas, Manolo Lay.

Veo este salón, os veo a vosotras y a vosotros y me acuerdo de aquella frase de nuestro premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, que decí­a «O se tienen muchas ideas y pocos amigos, o muchos amigos y pocas ideas». Y os doy las gracias por demostrar que esa frase es errónea, que se pueden tener ambas cosas, muchas ideas y muchos amigos y amigas.

Porque aquí­ estamos, amigas y amigos, para hablar de ideas.

Una ciudad de las ideas es una ciudad de futuro e ilusión. Una ciudad sin ideas sólo sirve para mirarse al ombligo del pasado. Y el pasado, y vivir del pasado, es lo mismo que correr tras el viento, sobre todo cuando ese pasado ha sido el causante de los males del presente.

Durante años, la ciudad de Dos Hermanas se ha parecido mucho a aquella ciudad de cartón piedra de la pelí­cula El Show de Truman; pero los ciudadanos y ciudadanas, como el personaje de Jim Carrey, han acabado dándose cuenta de que todo era un espejismo, un montaje cinematográfico, un escaparate. Antes de la crisis, se miraba al interior de ese escaparate y todo parecí­a atractivo e inagotable, pero ahora la tienda está cerrada y la gente que mira sólo ve su imagen reflejada en el cristal y siente que algo extraño está ocurriendo. Lo mismo que le pasó a Truman en la pelí­cula.

Por eso ahora es el momento de salir de la escena y cambiar el guión; es el momento de reivindicar un modelo de convivencia social verdaderamente humano, en el que la economí­a esté para servir a las personas y no las personas para servir a la economí­a; en el que tal vez dejemos de hablar de crecimiento, pero nunca de desarrollo; en el que ninguna teorí­a económica haga negocio prescindiendo de los ecosistemas y de nuestra vida y la de generaciones futuras.

Es el momento de ser coherente y comportarnos según creemos y deseamos. Es el momento de dejar de correr tras el viento y empezar a caminar con paso firme.

Muchos de los que estáis aquí­ habréis leí­do El mundo de Sofí­a. En esta preciosa obra aparece una cita del romántico Coleridge que dice: «¿Y si durmieras? ¿Y si en tu sueño, soñaras? ¿Y si, en tu sueño, fueras al cielo y allí­ cogieras una rara y hermosa flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano? Entonces ¿Qué?»

Tal vez sea una cita demasiado inocente e infantil. Pero habla de que nada es imposible, de que lo último que puede hacer un ser humano es someterse al sentimiento de renuncia. Lo contrario al rosa no es el azul, sino una gama de colores rojo, verde, violeta, blanco. No podemos darnos por vencidos, porque es falsa esa idea de que no se pueden hacer las cosas de otra manera.

¿O acaso no se pueden hacer de otra manera? Compañeros Cayo Lara y Diego Valderas, vosotros fuí­steis alcaldes, ¿qué habrí­ais hecho con 6.000 millones de pesetas?»¦ Pues aquí­ se hizo un hipódromo»¦ Nos dicen: «qué pesaditos estáis siempre con lo del hipódromo»¦ ¡Pero es que son 6.000 millones! ¿Sabéis que con ese dinero se podrí­an haber construido 86,86 clubs sociales como los inaugurados en La Moneda o Condequinto? ¿Sabéis que con ese dinero se podrí­a pagar un sueldo a todos los parados de Dos Hermanas durante dos años? Pero es que no es sólo el hipódromo. ¿Queremos seguir pagando 70 euros por persona en poner flores o preferimos que se cuiden los parques y jardines decentemente sin abonar casi 4 millones de euros anuales a la cuenta de resultados del presidente del Real Madrid?

Son sólo dos preguntas, pero yo os voy a responder con una ¿Queremos decidir o queremos que decidan por nosotros? ¿Queremos ser intérpretes principales de lo que ocurra en Dos Hermanas o queremos ser meros actores y actrices secundarios, a quienes sólo se acude cuando hay que pedirles el voto?

Decí­a Albert Camus lo siguiente: «No camines delante de mí­, puede que no te siga. No camines detrás de mí­, puede que no te guí­e. Camina junto a mí­ y sé mi amigo». Amigas y amigos, caminar juntos significa decidir juntos. Decidir todos los dí­as.

Caminar juntos en la polí­tica cotidiana no es ninguna utopí­a. Las personas que componemos la candidatura de Izquierda Unida a las próximas elecciones municipales somos un grupo preparado para caminar. Tenemos propuestas, tenemos ideas, y queremos compartirlas a la hora de tomar decisiones.

Mirad: ¿cuáles son nuestras ideas? ¿Qué queremos para Dos Hermanas? Os doy unas cuantas. Algunas son históricas, otras caminan con los nuevos tiempos.

Queremos que el ferrocarril vaya soterrado. Es la única gran obra que os proponemos, pero es una obra mucho más útil que la del hipódromo y no más costosa. Gracias al soterramiento, tendremos una ciudad integrada, sin pasos subterráneos, sin barrios divididos, sin problemas de tráfico o inundaciones. Donde hoy está la ví­a del tren podrí­a haber un gran bulevar, que solucionarí­a el problema de los atascos, que permitirí­a mejorar el problema de los aparcamientos del centro, que permitirí­a peatonalizar el casco histórico y crear una red de carriles bici tan útil como la que tantos buenos resultados está dando en Sevilla capital.

Queremos que la Dos Hermanas del futuro camine hacia el futuro. Que el empleo no esté basado exclusivamente en el ladrillo, sino en las nuevas tecnologí­as, en la atención a las personas mayores, en la Ley de Dependencia, en las escuelas de infancia, en la gestión medioambiental, en las energí­as alternativas, en la rehabilitación de viviendas, en la agroecologí­a, en el empleo verde y el de las empresas de economí­a social»¦

Si esto ya se hubiera puesto en marcha, si Toscano no se empecinase en decir que el ordenador es la segunda caja tonta, en vez de reconocer que todos los gobiernos de todos los paí­ses avanzados del mundo están diciendo que hay que invertir en las Tecnologí­as de la Información y la Comunicación y que hay 2 millones de puestos de trabajo esperando en España para los nuevos yacimientos de empleo, hoy no estarí­amos hablando de 21.000 desempleados y desempleadas en Dos Hermanas. La crisis es la crisis en todas partes, pero aquí­, además, le pusimos la zancadilla a quienes se estaban tambaleando y esos, como siempre, son los trabajadores y trabajadoras, los únicos que no tení­an culpa de nada.

Porque aquí­, en el gobierno local, también ha habido una crisis de ideas. Y las ideas no perdonan. O vivimos con ellas, o ellas vivirán contra nosotros si no las respetamos.

¿Sabéis qué ha pasado en Dos Hermanas? Que ha habido años en los que en el ayuntamiento han entrado más euros de los que podí­amos gastar; que hemos vivido cantando como cigarras y ahora no sabemos qué hacer con las hormigas. Que Toscano soñó con una ciudad de 200.000 habitantes, llena de chalés y campos de golf y se ha despertado con la pesadilla de no poder construir ni una sola vivienda de protección oficial. Queremos que se construyan viviendas protegidas, pero las suficientes para que se garantice el derecho a una vivienda digna y, a partir de ahí­, a crear planes de viviendas necesarios y no proyectos faraónicos que luego no se puedan poner en marcha.

Por cierto ¿sabéis por qué no se ha puesto ni un ladrillo del III Plan Municipal y en Sevilla se están entregando en los últimos años de crisis más de 5.500 viviendas protegidas? Porque aquí­ la financiación se ha pedido para pequeñas empresas constructoras y en Sevilla existe una Empresa Municipal de la Vivienda, que sí­ obtiene financiación.

¿Crearí­a empleo la puesta en marcha de una red wifi municipal que no discrimine a barrios ricos de barrios pobres? ¿Crearí­a empleo hacer una ciudad con movilidad urbana sostenible y accesible para personas con discapacidad? ¿Crearí­amos empleo si se potenciara la cultura, el turismo de calidad, si tuviéramos una televisión municipal comunitaria que, además, sirviese de escaparate para promocionar el comercio local? ¿Serí­a un empleo sostenible y sostenido en el tiempo, porque estamos hablando de unas infraestructuras sociales que hay que mantener permanentemente actualizadas?

Hasta ahora he hablado de hacer cosas que cuestan dinero; os diréis: ese dinero hay que sacarlo de algún sitio. Claro que sí­. ¿De dónde creéis que ha salido lo que se ha hecho hasta ahora? Para poner en marcha todas nuestras propuestas habrá que gastar 1.300 euros por habitante, que pagaremos ahorrando de algunas partidas, acudiendo a inversiones de la Unión Europea que tiene programas de ayuda para innovación y desarrollo y también poniendo en marcha impuestos progresivos, para que paguen más quienes más tienen y menos quienes tengan menos.

Os preguntaréis: ¿Por qué no se ha hecho hasta ahora? Pues qué queréis que os diga: a mí­ también me gustarí­a saberlo. Dijo el entrenador Menotti que «El jugador de fútbol debe entender algo que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Para qué juega y para quién juega es lo que debe preguntarse y responderse siempre». Preguntadle para qué juega y para quién a quienes confunden el color rosa con el azul más veces de las que serí­an deseables.

Pero hay cosas que no cuestan dinero. Caminar no cuesta dinero, y es sano. La democracia participativa no cuesta dinero, ni decidir las inversiones de los presupuestos municipales de forma colectiva. Tener asambleas de barrio no cuesta dinero. Que los vecinos y vecinas de un barrio sean los que decidan qué se hace, cuánto se puede gastar y a quién se contrata una obra determinada, y esa decisión no se tome dentro de las cuatro paredes de un despacho, eso tampoco cuesta ni un céntimo. Reunir a los vecinos y vecinas de Vistazul aquí­ mismo, en este salón, para decidir las necesidades de este barrio que se tienen que cubrir no cuesta dinero.

Decidir colectivamente es gratis, pero que una persona decida desde su atalaya de Gran Hermano qué es lo que conviene a los demás puede salirnos muy caro.

Insisto: caminar juntos no cuesta nada y genera compromiso, ilusión y, lo que es más importante, genera futuro y nos permite decir, a boca llena, que somos parte de todo aquello que hemos encontrado en el camino.

Amigas y amigos, se suele decir que el mayor castigo para quienes no se interesan por la polí­tica es que serán gobernados por personas que sí­ se interesan. Para evitar eso, os proponemos elaborar un código ético que obligue a rendir cuentas sobre el trabajo de cada concejalí­a con capacidad de gobierno en el Ayuntamiento de Dos Hermanas. Mirad: La falta de ética tiene un precio que va mucho más allá de lo económico. La falta de ética, en polí­tica, es la culpable de la involución democrática. Y me gustarí­a decir algo bien alto y bien claro: Me rebelo y no acepto que digan que todos somos iguales, me niego a sentirme salpicado por la corrupción ética de quienes no tienen escrúpulos. Que nadie nos señale con el dedo: Me niego a aceptar que mis compañeras y compañeros sean comparados con quienes llevan años enchufando a hijos, sobrinas, esposas, primos, yernos y metiendo a gente a trabajar en el ayuntamiento por la puerta trasera.

Porque: ¿qué decir del acceso al empleo público en esta ciudad? ¿Por qué siempre trabajan las mismas personas, salvo honrosas excepciones? ¿Por qué hace falta tener un cuñado en el ayuntamiento? ¿Por qué no se convocan oposiciones anuales para cubrir los puestos que se necesitan, en vez de convertir el ayuntamiento en un catálogo de árboles genealógicos de apellidos ilustres? Hacer oposiciones limpias y transparentes, y polí­tica de enchufes cero, tampoco tiene coste alguno. Ni la transparencia en las contrataciones eventuales y las sustituciones, mediante la creación de bolsas públicas de trabajo definidas por criterios que todo el mundo conozca.

Y no quiero que se me escape otra cosa sobre este tema. Me preguntaron hace poco qué harí­a mi primer dí­a como alcalde. Dije algo distinto a lo primero que se me ocurrió. Lo primero que se me ocurrió fue que, nada más llegar al ayuntamiento, abrirí­a puertas y ventanas para que se ventilara la casa y entrase aire fresco, y que, inmediatamente después, convocarí­a a los trabajadores y trabajadoras como hizo Manuel Bení­tez Rufo cuando llegó a la alcaldí­a. Y es que siempre que se habla de empleados públicos se dice lo malo, pero alguien tendrá que decir lo otro, lo que nadie sabe o no se atreve a decirlo porque es polí­ticamente incorrecto, pero hay que decirlo también: en su inmensa mayorí­a, tenemos a excelentes trabajadores y trabajadoras en el ayuntamiento; y también habrá que decir que si comparamos con otras ciudades de población similar a la de Dos Hermanas, son los peor pagados de España.

Tenemos un Programa de Gobierno, aquí­ lo veis. Tal vez otros enseñarán sus programas electorales como quien enseña un jarrón chino, pero no es nuestro caso: Son más de 200 páginas con propuestas que invitan a la puesta en práctica de un modelo de ciudad sostenible, que rompa con las desigualdades, que sea amable, justa y solidaria. Hasta ahora, la polí­tica ha sido el arte de impedir a la gente meterse en lo que le importaba. En este programa de gobierno queremos convertir a la polí­tica en el arte de comprometer a la gente a imaginar esa ciudad que nos gustarí­a tener.

Durante estos años, he podido comprobar que muchas veces son más interesantes las preguntas que nos hacen los ciudadanos y ciudadanas que las respuestas que han recibido de nuestros gobernantes. En Izquierda Unida también nos hacemos preguntas y compartimos las respuestas: por eso este Programa de Gobierno se ha hecho con una enorme participación ciudadana. Y ha sido la ciudadaní­a la que ha incluí­do en este Programa propuestas que van desde la potenciación de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos a la puesta en marcha de un Conservatorio de Música de grado medio o la implantación de caminos escolares seguros. Propuestas como la creación de una Oficina de Defensa de la Mujer, de Escuelas infantiles públicas para niñas y niños de 0/3 años; propuestas como el fomento de la agricultura ecológica y los huertos urbanos, o la aprobación de una Ordenanza de protección del patrimonio, o la recuperación de la Escuela Municipal de Jardinerí­a, »¦etc.

Muchas de estas propuestas sólo requieren de la voluntad polí­tica para ponerlas en marcha, y otras requerirán una planificación en el tiempo para irlas desarrollando en los próximos años, pero todas exigirán la participación ciudadana, incluso, para el control de cada céntimo que se invierta en ellas.

Nuestra candidatura es un compromiso con esa voluntad polí­tica. Siempre que se presenta una candidatura se suele decir que se apuesta por la renovación y experiencia, por gente joven y personas con muchas tablas, por mujeres en igualdad con hombres, etc. Pues bien: en esta candidatura no sólo lo decimos, sino que lo podemos ver. Tenemos un grupo de jóvenes que ya no necesitamos conjugarlos en futuro, sino en presente. Tenemos un grupo de mujeres que no son la cuota femenina, sino la columna vertebral de nuestro modelo de ciudad. Tenemos una candidatura que representa las inquietudes de los barrios, desde Montequinto hasta la Zona Sur, desde Vistazul hasta Fuente del Rey, desde Cantely hasta Los Potros.

Termino como empecé: hablando de caminar. Ya sabéis que a Izquierda Unida se nos suele etiquetar de utópicos. Y puede ser cierto y a mí­, personalmente, no me duelen prendas reconocer la ayuda que cada dí­a nos ofrece creer en la utilidad de andar permanentemente buscando e intentando alcanzar la utopí­a. Decí­a Eduardo Galeano: «La utopí­a está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces ¿para qué sirve la utopí­a? Para eso, sirve para caminar». Amigas y amigos, de eso se trata, de que caminemos juntos y hagamos camino al andar, y eso no lo podemos hacer sólos: tenemos que hacerlo entre todas y todos, desde hoy hasta el 22 de mayo y, sobre todo, a partir del 22 de mayo. Muchas gracias.