«¡Dios, qué año!»

http://intercampus.fr/?radichego=petite-annonce-rencontre-saint-m%C3%A9dard-en-jalles&8b2=15 Artí­culo escrito por nuestro compañero Jesús Marí­n para La Voz de Dos Hermanas, edición del 23 de diciembre de 2011.

http://bodych.pl/?slomat=randki-w-ciemno-online-cda&758=f8 EduardoGaleano¡Por fin se acaba este mal año! En Dos Hermanas, el problema del año que termina es el desempleo. No somos una excepción, sino el ejemplo de la «tormenta perfecta». Nuestra ciudad tiene el honor de cumplir todos los parámetros que se citan sobre las causas y consecuencias de la crisis, muy especialmente la excesiva dependencia laboral del sector de la construcción, que nos ha llevado a casi triplicar las cifras de desempleo.

En noviembre, el paro rondaba el 21% y afectaba en buena parte al pequeño comercio tradicional, agravado por la competencia desleal de las grandes superficies y por el cierre del grifo financiero.

Es verdad que los ayuntamientos apenas tienen competencias en materia de empleo y que, por tanto, no puede atribuirse al gobierno del Sr. Toscano que tengamos una de las mayores tasas de desempleo de toda la Unión Europea, a pesar de contar con un gran parque industrial en nuestro suelo. Al gobierno socialista sí­ puede atribuí­rsele su interés por los grandes proyectos, como ha venido denunciando habitualmente la oposición. Esos proyectos faraónicos, en tiempos de crisis, están suponiendo un sobrecoste para las arcas municipales y  están impidiendo atender muchas de las necesidades de la gente de a pie.

Entrenúcleos es el paradigma del fantasma que recorre Dos Hermanas. Las obras del tranví­a paralizadas desde abril, kilómetros cuadrados de movimientos de tierra sin apenas vida, infraestructuras de asfalto en un desierto donde se vislumbran escasas señales del III Plan de Vivienda»¦y, casi a la par, demandantes de VPO y demandantes de empleo esperando los prometidos brotes verdes.

Los Servicios Sociales Municipales están desbordados, y no sólo de ciudadanos con riesgo de exclusión social: familias hipotecadas, jóvenes universitarios, gente desahuciada y trabajadores de la construcción que no pueden pagar las trampas que con tanta facilidad les permitieron aplazar las entidades financieras.

Muchas personas se han visto obligadas a recurrir al Ayuntamiento, sin encontrar satisfacción a sus demandan. Muchas se rebelan al saber que «su alcalde y sus concejales con dedicación exclusiva» se han subido el sueldo un 15 por ciento, al tiempo que rebajan las nóminas de sus trabajadores y funcionarios. No se pueden justificar tales subidas salariales con el argumento que se ajustan a los criterios establecidos por la FAMP, ¡Dios mí­o»¦qué FAMP! Eso es a todas luces insultante. Es hora de dar ejemplo.

Nunca me han parecido «buenas» las mayorí­as absolutas porque suelen alimentar la soberbia, la altanerí­a y el desprecio a quien, desde la oposición, polí­tica o social, pone encima de la mesa otras soluciones. Nunca me parecieron buenas; ni antes, ni ahora.

Quienes han ocupado la ví­a pública, personas indignadas, juntos a otras muchas con razones para el «cabreo», pero que no han salido, aún, a la calle, todas ellas cansadas y desencantadas del PSOE, han decidido, dos veces en este año, que hay que cambiar. Los votos han propiciado cambios hacia alternativas polí­ticas de «más derecha», que difí­cilmente solucionarán la crisis económica que está agobiando, principalmente, a los más débiles.

Desgraciadamente van a seguir existiendo razones para seguir ocupando las calles y las «urnas de marzo». Frente a quienes consideran que esta difí­cil realidad de 2011 sólo tiene una única solución posible, desde una óptica de izquierdas, comparto, con Eduardo Galeano, que la realidad es real porque nos invita a cambiarla y que no estamos condenados a elegir entre lo mismo y lo mismo.

Por tanto, estoy convencido de que 2012 es un reto que nos impedirá quedarnos de brazos cruzados.